Amigo ¿imaginario?

Leo era como un terremoto. Un alma inquieta. Tenía una imaginación desbordante y su curiosidad resultaba infinita: ¿por qué el mar no se sale? ¿por qué se deja papá calvo? ¿por qué no se caen las estrellas? ¿por qué ese niño es de otro color?… Lo cual era lo que correspondía a su edad, aunque sus padres no descartaban que pudiera ser hiperactivo o quizás tomara exceso de azúcar, de ahí su derroche de energía.

Sin embargo, aquel día marcaría un antes y un después. Al volver su madre a casa, Leo no fue a recibirla, como era costumbre, saltando a sus brazos en busca de un achuchón mientras le contaba todo lo que había hecho y aprendido, además de bombardearla con una retahíla de preguntas. Esta vez él se quedó en la habitación.

Sorprendida fue a ver qué sucedía.

—Hola, Leo ¿hoy no te apetece verme?

—Hola, mami, es que estoy jugando.

—Sí, lo veo, pero no creo que sea el motivo. Ni un abrazo, ni un beso. Cuéntame por lo menos cómo has pasado el día.

Entonces se levantó, arisco, y le dio un escurridizo beso.

—Vaya. Gracias ¿Eso es todo?

—Jolines ya te lo he dicho, estoy jugando.

—Por lo menos dile adiós a tu abuela que ya se va.

Salió corriendo y le dio un fuerte abrazo, luego volvió a su habitación.

Antes de que se marchara le preguntó: —¿Ha pasado algo? no me explico por qué me evita.

—Hija, dale tiempo. Te enterarás muy pronto, seguro. Le contestó con una sospechosa sonrisa.

—Me estáis ocultando algo. Lo sé.

—Descansa. Mañana nos vemos, le dijo con un beso de despedida.

Bueno Leo, te iré preparando el baño. Y qué vas a querer para cenar, a lo mejor ¿pizza? Aunque sabía que aportaba azúcar y no era muy conveniente, pero estaba demasiado cansada y quería conquistar a su hijo.

—No, prefiero pescado.

—¿En serio prefieres pescado?

—Pues claro, tú dices que hay que comer más pescado.

—Bien, bien, habrá pescado.

Se quedó cerca de la puerta para saber a qué jugaba, mientras, le escuchó: ¿Te bañarás conmigo, Rugelio? bueno, no sé, nos podrían descubrir. Luego cenaremos pescado para que te hagas grande.

—¿Quién es Rugelio?

—Joo, me has asustado, tú dices que no hay que espiar detrás de la puerta.

—Perdón, es verdad, tú dices, tú dices… que bien te lo aprendes cuando quieres ¿eh? y ¿Dónde está? no veo a nadie.

—Pues claro, es mi amigo imaginario y se ha escondido. Lo has asustado. En el cole todos tienen amigos imaginarios: perros, gatos, hámster, periquitos…

—Leo, eso son mascotas no amigos imaginarios.

Ella empezó a presentir algo.

—¿Me puedes enseñar a Rugelio?

—No, que se asusta. Además te he dicho que es imaginario.

—Leo, dime qué escondes, que te conozco.

Ella se asomó a ese rincón donde dedujo, por sus ojos, que lo ocultaba y al verlo se quedó boquiabierta. Aquello era lo que menos se esperaba.

—¿Un cachorro?

—Siiii ¿te gusta?

—¿No es lo que ibas a pedir a los Reyes Magos?

—Ya, pero le he prometido a la abuela que obedecería y no protestaría con las comidas, contestó con una sonrisa victoriosa.

—Parece tan real, dijo ella con la mirada atónita.

—Mami, es que no me quieres creer, ya te he dicho que es imaginario.

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En el VadeReto de este mes una historia que nos haga sonreír el corazón, protagonizada por niños.

24 comentarios

  1. Precioso, tierno, dulce y… efectivamente, esa última frase dejó una gran sonrisa en mi cara. ☺️
    Felicidades, Lola.
    Me encanta la complicidad entre niño y abuela, la inocencia del peque, la mimosidad de la madre y ese final que quiere dejar libre la imaginación. 😜
    Como colofón, además, ese pequeño es tocayo de mi sobrino. 😍
    Gracias, un Abrazo.

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    • Ohh, qué bueno, lo de tu sobrino, me encanta.
      No sabes cómo me alegro de que te guste, que te haya hecho sonreír y que descubras el final ¿o no? pues cada cuál ideará el suyo, es de lo que se trata, es la intención.
      Gracias a ti por este espacio tan creativo.
      Un abrazo de vuelta.

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  2. Coincido con JA, precioso, tierno, con final abierto y desde luego arranca esa sonrisa. Destacar que los personajes tienen carácter, frase que decimos cuando tienen una personalidad marcada y un punto de determinación, pero que debería tener un sentido más amplio, pues un carácter bondadoso o apacible tampoco es fácil de aflorar en una pocas pinceladas. Tu lo logras, y me encanta.
    Muy bueno, un abrazo!

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  3. Ohhh, qué ternura. Amigos imaginarios, mascotas, peluches… todo vale con tal de que el amor se reparta aquí o allí. Dejemos que amen y quieran, es la mejor edad para ello.
    Abrazos.

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  4. Un hermoso y tierno cuento de Navidad para el VadeReto de este mes. Desde luego los retos de JascNet nos hacen descubrir no sólo hermosos relatos como este, sino hermosos blogs que vale la pena leer y disfrutar. ¡Felicidades Lola! Un abrazo.

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  5. Hola, Lola. Vaya tenían preparada la vieja y el niño. Seguro que era la suegra, esa complicidad con el nieto la delata 😁 Bueno. el caso es que la historia está divertida y no hace falta buscarle los tres pies al gato. 🖐🏼

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