A la misma hora de cada día, Bingo, el misterioso ratón, era acosado por la sombra de aquel recuerdo.
Sucedió un domingo soleado en la Avenida de Henry Ford: el ratón que desafía al zorro, haga sus apuestas. Por un momento, venció el desconcierto entre el gentío que se agolpaba tras las vallas, aquello parecía una descabellada idea.
De repente el cielo se ennegreció, y Caronte, siempre vigilante, llegó en busca de su alma. Todos sintieron la gélida estela de sus pasos mientras observaban atónitos como Bingo se carcajeaba de una forma sobrenatural desafiándole, la perdí en una apuesta ¿A quién buscas?
Se produjo un hermético silencio entre miradas aterrorizadas.
El Blog de Lídia: reto de noviembre
Que aparezca en la historia algo relacionado con la creación del Ford T (el coche, el creador o el año)
Lo que vale la pena 
La aparición de la muerte siempre trae consigo el terror. Magnífico relato par ir confiado al reto. Saludos
Manuel Angel
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Gracias por tan amables palabras, Manuel Ángel.
Saludos de vuelta
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Por nada. Siempre a la orden.
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jajaja pues a mí me ha hecho reír y no me ha supuesto terror alguno. Muy buen sacado eso de que había perdido su alma en una apuesta, no me lo esperaba. Igual que tampoco esperaba que en Almussafes hubiera una avenida dedicada a Henry Ford. Interesante…
Muchas gracias por participar en el reto.
Un abrazo y hasta pronto, Lola. 🙂 ❤
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Vaya, tendré que trabajar un poco más el género de terror.
Lo de la avenida ha sido casualidad, tampoco lo sabía, no se me ocurría cómo encajar lo del reto opcional y pensé que podría ser el nombre de una calle y… voilà, al buscar en Google me sorprendió ver que existía de verdad, por eso la he enlazado.
Gracias a ti Lídia por el esfuerzo de mantener este reto, siempre tan interesante.
Hasta el próximo 😉💜
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[…] “La apuesta” por Lola. […]
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¿Qué sería aquello tan valioso para que mereciera la pena apostar el alma, Quizás un flamante Ford T? Un beso.
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Uy, seguramente, o a lo mejor tan sencillo como su ración de queso diaria 😉
Gracias, Carlos. Un beso de vuelta
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La gula, que grande pecado. jajaja.
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