«Siempre estamos preparándonos para vivir, pero nunca estamos viviendo».
Ralph Waldo Emerson
El nuevo curso no sabe lo que nos dejamos pendiente, qué propósitos no cumplimos o cuántos planes se perdieron en un cajón. Todo está ahí… quizás volvamos a intentarlo. Encontremos la motivación que quedó extraviada. Regresemos a la casilla de salida. Burlemos la pereza o el miedo o… tal vez el reloj.
Toca pintar de ilusión una nueva etapa, y quizás olvidemos la brocha entre demasiadas posibilidades imaginadas con respuestas incómodas. Posiblemente sea un intento de no dejarse arrastrar por la corriente y perder la pegajosa sensación de que la vida pasa sin darnos cuenta.
Poco a poco voy aprendiendo a renunciar a hacer demasiadas cosas sin tomarme el tiempo para disfrutar de los pequeños momentos. A abandonar tanta velocidad. A dar forma a mis dudas. Incluso he ido dejando atrás la idea de que vivir de verdad era no perderse nada.
Entre un pasado que acomodamos a nuestra nostalgia y un futuro cargado de expectativas, se estrecha el espacio para vivir el presente.
Somos aves de paso y ahora es el único momento que existe, mañana… quizás.
“Incluso he ido dejando atrás la idea de que vivir de verdad era no perderse nada”. Creo que en esta frase se condensa una enorme experiencia vital. A lo mejor la casualidad ofrece ante nuestra mirada perdida una gama de colores nunca vista en el cielo. Un beso.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias, Carlos.
Es cierto que vivir desde la consciencia te descubre un camino no señalizado que es por el que realmente quiero pasear. Sin aferrarme al pasado ni divagar demasiado en el futuro, para encontrarme con esos colores nunca vistos en el cielo, precioso 💓
Un besazo de vuelta.
Me gustaLe gusta a 1 persona