«Todo se mueve, gira todo el mundo, que es la peonza de un niño, los relojes, el asfalto, las vértebras, la marea que no espera a que duermas, las huellas que son cicatrices, el miedo asimétrico, las esquinas, las piedras que no fueron fronteras, que no serán trampas». Nach
Todo se transforma. Se desvanece. Cambia.
Aferrarnos al éxito. Al pasado. A una emoción. Nos hace perder el sentido de la vida, impredecible y caprichosa. Sí, el mundo se mueve y el cambio no consulta.
Cambios que llegan sin tarjeta de presentación. Y otros, imaginados para acercarnos a la vida que deseamos. Los que esperamos a tener tiempo. O dinero, ese gran ladrón de sueños. A que llegue el momento perfecto. A estar seguro, porque dudar no está de moda. Y en busca de certezas y seguridades damos un paso atrás. Nos hacemos espectadores de historias con personajes sumergidos en hazañas que se lanzan a la aventura para cumplir su ilusión.
Pero, ¿Por qué renunciamos a ser los protagonistas de nuestras soñadas proezas? Porque en la vida real el miedo nos paraliza. Miedo a fracasar. A equivocarnos. A no estar a la altura. ¿Y si nos atreviéramos a soltar nuestros miedos y damos el paso? Probar. Invertir en valentía. Aun a sabiendas de que con cada elección siempre nos dejaremos algo.
Con cada cambio entramos en un territorio emocional, en el que debemos de permitirnos un tiempo de vacío para escuchar. Sentir. Ser y rendirnos a lo que ya es. Sin huir de los aspectos desafiantes que acompañan el emerger de una nueva e ignota etapa.
Llega el momento de descubrir. Solo tenemos que buscar el faro que ilumine nuestro camino.
Os dejo esta bella poesía de Julio Numhauser interpretada por Mercedes Sosa:
Grande Lola! Cambiemos y fluyamos. Te extraño! Juan Carlos
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Lo que haga falta, mi querido Juan Carlos. Un fuerte abrazo.
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Cada inspiración algo cambia y ofrece una posibilidad nueva para ser otro distinto. Un abrazo.
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Bonito comentario, Carlos. Gracias. Un abrazo de vuelta.
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Me ha gustado mucho, gracias por compartir el poema y la voz de Mercedes Sosa. Fluir… el Mar nunca dejará de ser mar aunque cambien sus mareas. Un abrazo fuerte
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Gracias, María Jesús. Me alegra que te haya gustado. El apasionante mar siempre nos envolverá más allá de sus movimientos. Un abrazo de vuelta.
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