Quizás

En esta mañana de jueves, con olor a costumbre, me dispongo al usual viaje en metro camino del trabajo. En el vagón busco un rincón donde acoplarme, no para evitar roces o incluso empujones, eso es demasiado pretencioso, sino para perderme en algún lugar de la ficción que haga más seductor el trayecto. La realidad tiene una mirada inhóspita.

De repente, un toque en el hombro me sobresalta, me giro y todos vociferan al unísono: ¡es tu parada! Sorprendida veo como se hacen a uno y otro lado para dejarme paso, entretanto, y con una sonrisa, me desean un buen día. En ese momento, lo único que se me pasa por la cabeza, es que van sin MASCARILLA. Qué extraño.

Como siempre, antes de salir a la calle me detengo a escuchar al joven violinista. Pero hoy observo, con asombro, que los viajeros no corren. Es como si el tiempo se hubiera pausado y ellos se hubieran desprendido de sus prisas. En ese instante, el vestíbulo se ha convertido en un teatro real de música y ovación, todo resulta sublime.

Confiada y con la quietud de esta felicidad continúo por el parque, mientras al otro lado del presente, el recuerdo fluye caprichoso hasta llevarme a nuestra cabaña en el bosque. Fue tiempo de secretos, de sueños, de deseos, sin saber que pasaba el amor. Un suspiro acompaña un destello de melancolía. Me abrazo a lo que ya no existe.

Hoy, en este jueves imaginado, viajo entre el pasado, el presente y una historia posible… quizás.

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En el VadeReto de este mes una historia con ¡¡¡LA CABAÑA DEL BOSQUE!!! y con una condición más: usar una palabra en MAYÚSCULAS para destacarla del resto del relato.

22 comentarios

  1. Precioso, Lola.
    Poético, melancólico, nostálgico, onírico, lleno de recuerdos y deseos por volver a disfrutar.
    (me acabo de dar cuenta que solo falta el rico, rico que diría Arguiñano. 😝)
    No solo es jueves, también es fin de mes, así que no me extraña que te vengan evocaciones de retazos de un pasado, vivido o no.
    A mí también se me va la imaginación en los transportes, aunque suelo ir en bus o tren, porque el metro en Cádiz sería en realidad un submarino. 😅😂
    Aunque, con el puñetero bichito hace demasiado tiempo que no viajo, solo lo hago con la lectura.
    Bello y evocativo relato, Felicidades.
    Un abrazo.

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  2. Me sumo totalmente a la opinión de jose, que me ahorra unos cuantos párrafos.
    Y asi me puedo centrar en un unico detalle: «con olor a costumbre». Vaya. Me encanta. No hay exceso posible en el uso de estos recursos. Soy muy de Nabokov en esto. (¿Fue Nabokov? 🤣🤣). A veces suponen la gran diferencia entre contar y escribir. Para mi, esas cuatro palabras, en su justo lugar, al principio, para mostrar las cartas de entrada, hacen este relato mas grande.
    Y creo que mañana o pasado habré olvidado este escrito (cosas de la edad), pero no esas cuatro palabras.
    ¡muy bien hecho, joder!
    Un abrazo!!!

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  3. Gracias por compartir este momento de mágico ensueño, quizás haya nacido para compensar el exceso de pensamientos que pesan como si fueran de acero. Te he visto traqueteando en un rincón del vagón. Un besazo.

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  4. Leerte es cobijarse bajo tus sueños y dejar que los versos se deslicen con la esperanza de que el amor nunca se acabe aunque sea solo un sueño dentro de otro sueño pues tus ojos ven mejor a la hora de hacer versos de gran calidad poética.
    Me complace volver a saludarte Lola después de unas largas vacaciones y nada mejor que encontrar una lectura edificante en tu blog. Un fuerte abrazo.

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