No sólo éramos felices, además lo sabíamos.
Rudyard Kipling
No hace tanto, noviembre se estrenaba dando visibilidad a la muerte. Una pausa para recordarnos que la vida es finita y tener presente a los que se marcharon. Y no hace menos, somos testigos de cómo va siendo relevado por la noche de Halloween, hoy celebrada como una fiesta de disfraces.
No hace tanto, noviembre era un mes reflexivo. Mes en el que repasábamos lo ocurrido y empezábamos a tejer nuevos propósitos o renovábamos los que se quedaron pendientes: pasar más tiempo con la familia, con los amigos, con uno mismo; disfrutar de cada instante, dedicar tiempo a lo que realmente merece la pena. Ahora noviembre es vehemente, caótico, impulsivo. Porque…
No hace tanto, las fiestas navideñas daban el pistoletazo de salida con la lotería. Sí el 22 de diciembre. Era entonces, y solo entonces, cuando comenzaban los villancicos, aguinaldos, luces belén, comidas; reducidas al ámbito familiar, y regalos hasta donde permitía cada economía. Ahora, la Navidad se asoma en noviembre, y precisamente no remisa, mientras, rebosamos de compromisos reales e inventados.
No hace tanto que noviembre se ha quedado huérfano de identidad.
Y en este devenir de la vida, removemos recuerdos que traen consigo la añoranza de la ausencia. Ausencia de la inocencia, de la juventud perdida, del hogar, de los que se fueron. Liberamos imágenes, sensaciones escondidas, y con ellas se despierta el olor a nostalgia. Intentamos reproducir vivencias y caemos en la cuenta de que nada es igual.
Me detengo aquí, sintiendo una gratitud compleja por todo lo que es sencillo, unido a una tristeza inexpresable por una vida que ya no volverá. Quizás lo mejor sea vivir la magia del instante e imaginar nuevos recuerdos para el mañana.
Pues sí, Lola.
Maravillosa reflexión y preciosamente expuesta.
Nos comemos los meses con ansias de avanzar sin darnos cuenta que de esa forma también nos comemos la vida.
Sustituimos fiestas propias por festividades foráneas sin darnos cuenta que de esa forma vamos perdiendo identidad, tradición y memoria.
Y seguimos sin darnos cuenta que todo se hace en favor del dinero, del consumismo, del gasto superfluo. Fíjate en el BlackFriday este, que ni nos va ni nos viene, pero que dicen que nos conviene. Si para nosotros siempre ha sido Negro el Lunes; el Viernes es la antesale del finde y de color Verde esperanza o Rojo pasión por la que nos vamos a pegá el sabadete.
A este paso, la Navidad se empezará a celebrar en la playa y sustituiremos la cervecita por anís del mono y las tortillas playeras por los polvorones. Cuanto antes empecemos a gastar, más felices haremos a las grandes empresas y más pobres llegaremos al 22 de diciembre, en donde le diremos al billete de lotería «por la gloria del bombo, que me toque al menos la pedrea, que no la pedrá».
Felicidades por la poesía de tu prosa.
Un abrazo.
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Me haces sonreír con tu comentario, has añadido párrafos a lo que pienso y que no me he atrevido a poner por no extenderme ni parecer aguafiestas.
En fin, esto es el capitalismo y el no parar y descubrir lo que verdaderamente merece la pena 😉.
Sólo espero que no siga adelantándose y empecemos en verano la Navidad y además que me toque la pedrea😆
Un abrazo de vuelta
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Sin problemas, ya añado yo lo que haga falta y así soy el que se lleva la pedrá. 😂😂😂
😉👌🏻
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Comparto totalmente lo que dices Lola. Las luces de Navidad ya iluminan la ciudad, ya hemos comprado los regalos y nos hemos endeudado con el Black Friday que no es un día, sino una semana. Nos hemos olvidado de nuestros seres ausentes porque ir al cementerio no mola, es mucho más divertido disfrazarse y comer chuches. Vivimos tan rápido todo que no nos damos tiempo a disfrutarlo y es difícil luchar contra la corriente. ¡Una pena!
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Sí, Marlen, no es fácil ir contracorriente pero cada vez estoy más convencida de que el esfuerzo merece la pena.
Gracias por comentar.
Un abrazo
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Qué buena reflexión… entiendo cuando dices que Noviembre se «quedó huérfano de identidad». Es tan cierto. Y bueno siempre que el año va llegando a su recta final se propicia un momento de añoranza, de mirar atrás y está bien siempre que podamos voltear a lo que viene y disfrutarlo también. Encontrar lo bueno entre lo malo y continuar nuestro camino. Te dejo un abrazo.
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Sí, lo que me da tristeza es tanta prisa. Con ella se nos olvida que cada cosa tiene su tiempo, empujándonos a dejar en la sombra lo que verdaderamente merece la pena.
Continuamos nuestro camino apoyándonos en lo sencillo.
Un abrazo de vuelta, Ana
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No es solo noviembre el que se ha quedado huérfano de significado. Es prácticamente todo, que lo va perdiendo rápidamente a medida que nos alejamos de nuestras raíces y perdemos la memoria secular, lo que tiene mucho que ver con el mundo no ya tecnocéntrico que estamos construyendo, sino tecnolático. El becerro de oro es hoy el ordenador. Saber solucionar problemas se ha convertido en un totem, en la misma medida en que las humanidades son denostadas y la filosofía, la madre del saber, desaparece de los planes de estudio. Empiezo a repetir mucho eso de «menos mal que me queda poco». Porque este mundo que estamos construyendo es ciego a todo lo que no cabe en él. Simplemente, para él no existimos.
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Se va perdiendo identidad en pro de un consumo voraz y desbordado donde prevalece soy lo que tengo.
Gracias José Luis por tu aportación.
Un abrazo
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Otro
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Una melancólica reflexión plasmada con hermosas palabras, seamos felices por todos los buenos noviembres que tuvimos, y por los que hayan de venir, al margen de lo que la sociedad haga con Noviembre. Un gran abrazo, Lola, precioso escrito. Saludos
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Buena reflexión la tuya, Mik, estar al margen de lo que la sociedad haga, eso conlleva tener la capacidad de no dejarse llevar por la corriente.
En eso estoy y de ahí esta entrada.
Saludos de vuelta 😊
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Hoy vamos de ausencias, tú y yo. Y no solo físicas, que también. Hay cosas que se han perdido y que quizá no puedan volver jamás, o sí. Quizá solo dependa de nosotros, pero nos lo están poniendo muy difícil. Cada día esa identidad del individuo de pensar por si mismo se va perdiendo. Espero que la sociedad, por el bien de las generaciones futuras, se de cuenta a tiempo. Buena reflexión. Un abrazo.
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Sí Paz, ausencias, unas imposible que vuelvan. Otras que, como bien dices, dependen de nosotros y me temo que somos unos pocos los que tomamos conciencia y no nos dejamos arrastrar por la corriente.
Un abrazo de vuelta.
Gracias por tu reflexión
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Pues no sé qué añadir a los comentarios anteriores pues que estoy de acuerdo con todo lo que en ellos se dice.
Que no es que nosotros vayamos rápido es que nos obligan a ello y claro, si vas al super y ves el turrón el goloso cae y compra; si a primeros de noviembre ya ves que están poniendo las luces de navidad aunque el precio de la luz esté por las nubes, esto último se te olvida y el corazón siente un pelín de alegría por un momento.
Después piensas que eso no está superando pero claro si en este pueblo se hace, en el vecino también y la cosa continúa.
Un abrazo.
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Es un sinfín la rueda del consumo en la que nos movemos, que adelanta todo para que no perdamos comba.
Lo importante es ser consciente y decidir si quieres nadar en ese río.
Gracias Virtudes por tu comentario.
Un abrazo de vuelta
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Para mí noviembre siempre ha sido un mes sin mucho que aportar en mi calendario. Más bien, un mes de antesala…
Y aquí estoy, sin sucumbir al black friday ni a poner la decoración navideña hasta el puente de diciembre (es mi tradición).
En noviembre en mi casa las luces festivas aún están apagadas. Lo único que enciendo en ese mes es la calefacción… y tal como vamos, con dolor…
Un abrazo, Lola.
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Sí, eso es Rosa, un mes de antesala, reflexivo y que así siga.
Gracias por tu comentario.
Un abrazo
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Hoy en día vivimos una realidad donde las condiciones de vida se encuentran marcadas por la incertidumbre y donde ya nada es para siempre. En este contexto, hemos transitado de la producción al consumismo extremo, destacando que esta mudanza erosiona cualquier intento de volver a los principios que teníamos antes. En haras de la modernidad hemos perdido nuestra identidad adquiriendo constumbres que no nos pertenece. En fin, estoy de acuerdo con lo que has expuesto. Lamentable, pero cierto. Un gran abrazo paz. Que tenga una excelente semana por delante.
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Gracias Manuel por tu aportación.
Efectivamente hemos llegado a un consumismo extremo donde es más importante tener que ser.
Un gran abrazo de vuelta e igualmente te deseo un estupendo comienzo de semana y días venideros.
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Noviembre es el mes de las hojas caídas y de las páginas pasadas, de los primeros fríos y de las primeras brasas. Un mes de lectura sabias y de reposo y reflexión. Un besazo.
¿Lo celebramos comprando la nada?
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Qué bonito, Carlos, gracias por compartirlo, y por supuesto me apunto a comprar la nada, corre el rumor de que es gratis.😉
Un besazo de vuelta
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Me gusta noviembre, puro otoño de colores ocres y olor a humedad. Sacamos el plumas y paseamos hasta que el día se apaga a media tarde. Una buena conversación, un buen libro, un buen whisky. Yo creo que noviembre aporta y mucho. Con eso me quedo. Lo demás me sobra. Falsas tradiciones metidas con un calzador en una sociedad dominada por la venta de humo y el borreguismo. Consumo disfrazado de festividad anglosajona, del que yo no participo. No sé si me he ido del tema, pero voto por noviembre como un mes extraordinario para algo tan complicado y sencillo a la vez, como es reflexionar. Un abrazo.
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Tu perspectiva de noviembre es maravillosa y la comparto totalmente.
No te has ido del tema, esto es libre y agradezco tu comentario.
Reflexionemos. Un abrazo de vuelta Sabius
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