Miradas encadenadas

Dentro de nosotros se esconde algo que no tiene nombre. Ese algo es lo que somos.

José Saramago

Como ya era habitual, Eva, cruza su mirada con aquellos ojos marrón miel. Sin perspectiva, deambula, entre imágenes planas, como una eterna vagabunda. Sus huellas sin rumbo. Y una densa sensación del transcurrir de los días iguales.

Entonces ocurrió. En tan solo un instante. Un clic. Ella se detiene en aquella mirada. Intuye que tiene algo que revelar. Deja que sus ojos, enlazados, se comuniquen en silencio. Se atrapen. Permite que, cada día, fisgoneen su alma. Que se asomen a descubrir el detalle. Cada pliegue.

Traspasa el umbral, más allá del reflejo, encadenada a la mirada. Su mirada. Esos ojos marrón miel que ahora afrontan senderos inexplorados. Poco a poco se desprende del destino para vivir el presente. Saborea el vértigo de empezar. A veces desea regresar, aun sabiendo que ya no existe aquel lugar. Tal vez nunca existió.

Despojada de disfraces y fortalezas, siente el calor de su mirada. De esos ojos color miel que le dan la bienvenida. Entre ser y querer ser. Es lo que debe ser vivir.

Es el principio de todo. Una serenidad inquietante, se impone con tanta presencia que la conmueve. Detiene sus pasos para sentir lo que es. Para sentir su mirada encadenada.

Microrrelato presentado para el Primer Concurso de Microrrelatos de Desarrollo Personal ESPACIO ARGENTA

Dedicado a mi amiga Conchi, quien me propuso participar en este concurso y, que siempre agradece las publicaciones en este blog. Gracias amiga.

15 comentarios

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.