A volar

Alonso y Martín eran polos opuestos, seguramente por eso se atraían como un imán.

Alonso estudiaba interpretación, quería ser actor, y Martín soñaba con ser arquitecto. Aunque no coincidían, ni en su plato favorito, eran inseparables.

Aquel día, les llegó la noticia de que iban a rodar una película en el barrio. Era su oportunidad.

—No construyas castillos en el aire, que te conozco, le dijo Martín.

—Ja, ja, ja ¿y lo dices tú? futuro arquitecto. Ya sabes que me gusta perderme por el refugio de la imaginación, aerostato donde crecen mis sueños.

Llegó el momento, entonces se escuchó ¡corten!

…Y voló.

El blog de Lídia: reto de febrero

Opcional:
Que aparezca en la historia la palabra aerostato.

14 comentarios

    • Querido Ratonet, gracias por el comentario y sobre todo por el descubrimiento que me haces, lo había pasado por alto la verdad.
      He encontrado este texto tan interesante y bello al respecto: «El lugar del teatro puede ser el marco físico, real, donde se materializa el espectáculo teatral. Pero también el texto, el trabajo de la actriz o del actor generan un espacio en la mente del espectador». Antonio Ramón Graells.
      Así es que Alonso y Martín no son tan opuestos.
      Besitos de vuelta

      Me gusta

  1. Siempre he pensado que lls opuestos se complementan 😉 Me encanta cómo has construido esta historia entorno a un uso no esperado de los elementos que yo propuse. Eso me ha gustado tanto o más que ese final que nos lleva volando con Alonso. Como siempre, muy buen trabajo, Lola. Gracias por tu aporte y hasta muy pronto. Un abrazo grande 💜😘

    Le gusta a 1 persona

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.