Enero

En el corazón de todos los inviernos vive una primavera palpitante, y detrás de cada noche, viene una aurora sonriente.

Khalil Gibran 

El cambio de año, de ese año en particular, guardaba muchas esperanzas en las que nos refugiamos, lo sé, una artimaña infantil que nos hacía suponer, que lo vivido, lo sufrido, se desvanecería, se iría con aquella hoja, la última del calendario.

Despedimos enero, con hartazgo, tristeza, rabia, miedo. Y a ratos, quizás demasiados, con cansancio, sabedores que de nuestra vulnerabilidad no nos protege ni el azul del cielo.

Giramos y giramos en esta rueda, movida por la inercia de nuestros miedos, intentando no caer al vacío. Un vacío que es la antesala a cualquier presunción de evidencia. Saber provisorio, parcial, donde reposan nuestras frágiles verdades.

Mientras, buscamos el sentido entre normas y excepciones. Entre obligaciones y deseos. Intentando no perder el paso. Manteniendo el equilibrio a sabiendas que la estabilidad es una ilusión. Siempre ha sido así pero no éramos conscientes.

Tal vez, saborear el miedo es una suerte que te recuerda que hay tiempo para invertir bien el tiempo. Conectar con lo que realmente importa. Redescubrir lo verdaderamente valioso de la vida. Lo que merece la pena.

11 comentarios

    • Gracias Miguel, por tu amable comentario, vivimos en la impermanencia y lo que nos sucede ahora es que la situación nos hace vivirla de cerca, quizá pensamos que era algo que no nos iba a tocar.
      Un fuerte abrazo de vuelta

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  1. Gracias Lola, este tiempo ganado al frenesí y cedido al pensamiento, también nos ofrece la ocasión para compartir profundas reflexiones como esta que nos regalas. Y de momento quizás hayamos aprendido a vivir lo importante, sin mirar la esfera del reloj. Un abrazo.

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  2. Sin lugar a dudas que vivimos tiempos difíciles con la pandemia. Nos ha cambiado la vida por completo y nuestra rutina se hizo trizas con tantas restricciones que al final nos alejo de nuestro entorno. Sólo queda espacio para una reflexión profunda para no caer en la ansiedad y buscar la manera se sacarle provecho a la reclusión.
    Un abrazo Lola. Genial tu artículo. Da para reflexión.

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