Sabemos que no es posible impedir que muden las estaciones o que suba la marea. Tras el otoño sobreviene el invierno. Puede que no lo prefiramos, pero esperamos que así sea porque entendemos y aceptamos su legítimo lugar en un ciclo más amplio, en una imagen mayor. ¿Cabe aplicar el mismo equilibrio sabio a los ciclos y mareas de las experiencias agradables, desagradables y neutrales de nuestra existencia?
Amor incondicional. Sharon Salzberg
Quizás es el momento de echar la vista atrás y tomar conciencia de un año que, entre curvas, se dibujó cuesta arriba.
Dolor, cara visible de lo incontrolable, que se lleva un trozo de mí y me recuerda la contundencia de lo que es verdad. Desilusión, de sabor metálico, que me obliga a escribir un punto y aparte tras las cortinas del deseo. Miedo, que penetra en los muros de mi mente y forcejea, siniestro, hasta sacarme del camino y devolverme al arcén.
Tambaleante, herida, en este viaje de largo recorrido, sin hacer equipaje de rencores, me pregunto dónde está ese futuro escrito en algún lugar.
Toca dar la vuelta a todo para recuperar el sentido. Remodelar la existencia. Hacer limpieza y cambiar de piel. Vivir más tiempo en ese espacio en el que me habito y confiar en que la vieja historia mude en una historia nueva.
Percibir la inestabilidad entre el discurrir de acontecimientos dolorosos y, este año en menor medida, agradables, es ver las cosas como son, advertir su carácter voluble y retornar al abrazo que nos acoge y nos devuelve un hilo de equilibrio del que tirar.
El futuro lo alojamos en la esperanza, los ciclos de la vida acontecimientos, los ciclos de los acontecimientos, estrellas en el cielo, aleatorios, difíciles de predecir, nos toca eso amiga, agarrarnos fuerte al abrazo. Bello texto, Un abrazo Lola. ayer me puse a escribir pero acabé por publicar algo de género fantástico, cuando tengas tiempo échale una ojeada a » El retratista», besos ¡¡🌹✨✨✨✨😘😃😃
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Gracias, Miguel por enriquecer el blog con tu comentario tan bonito.
Busco ese hueco para leer tu relato.
Besos de vuelta 😘💜
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Gracias a ti Lola, por estar ahí escribiendo y transmitiendo tus palabras, me hará ilusión, que le eches un vistazo, Un abrazo grande 😘🌹✨✨
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Allá voy, hago hueco ahora mismo 😉
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Ha sido un año muy especial y nunca predecible. Nos volvimos ermitaños y aprendimos una nueva forma de vivir. Ahora solo esperamos ver la luz al final del túnel y volver a ser como antes.
Tu reflexión es lo más acertado de la realidad actúal. Un gran abrazo y que tengas un mejor día
Manuel Angel
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Este año ha tenido una dosis extra de impredecibilidad.
Gracias por tu comentario, Manuel Angel, siempre tan amable.
Un fuerte abrazo de vuelta
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Por nada. Siempre a la orden
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😉
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Como bien dices Lola, de improviso este año nos presenta que la imprevisible sucesión de acontecimientos puede presidir la existencia. Daño y dolor, al fin y al cabo la vida. Un beso.
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Gracias, Carlos… Al fin y al cabo la vida.
Un beso de vuelta
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