«Acogeré la felicidad porque engrandece mi corazón; pero también soportaré la tristeza porque descubre mi alma».
Og Mandino
Tristeza, dejé atrás etapas. Perdí seres queridos. Abandoné sueños. Y tú me has acompañado cuando tuve que decir adiós a todo aquello que se fue de mi vida. Por ello, te doy las gracias.
Ahora me vuelves a rondar. Me atrapas. Y con tu presencia siento ese desasosiego. Ese vacío que me aprieta el corazón y duele. Pero no quiero ocultarte tras una sonrisa tibia de infinita melancolía.
Tú me has enseñado que sentirme triste es inevitable, viene en el reparto de la vida. También sé, Tristeza, que eres intransferible. Nadie podrá recorrer este camino por mí.
Tristeza, me recuerdas que las cosas llevan su tiempo. Y sé que estarás a mi lado hasta que las lágrimas lo limpien todo. Por eso, te abro mi corazón. Te escucho. Y miro a mi dolor a los ojos.
Quiero abrazarte. Recogerme contigo. Y preparar nuestro momento de despedida. No es bueno que nos acostumbremos la una a la otra.
Adiós, mi querida Tristeza. Ahora, aprecio con más intensidad todo lo que acontece en mi vida. Por eso no te evito, te siento. Tú me recuerdas que estoy viva.
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Se cuela por el hueco de una ventana, anida en el alma y hay que expulsarla con una patada que da risa. Un beso.
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Leer tu comentario me saca una sonrisa. Gracias Carlos. Un beso de vuelta.
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Ostrassss!! Qué bueno!! Sí señor, comparto tu visión.
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Gracias, Vanessa por leerme. En este ideario que vivimos en busca de la felicidad, la tristeza queda desterrada, oculta, y es una emoción que conviene que sumerja, cuando toque. Un abrazo
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Si no puedes vencer a tu enemigo, únete a él. En Psicología la tristeza puede ser un síntoma de la depresión, cuando es profunda; pero también es una emoción humana muy natural ante pérdidas o situaciones de las que resulta difícil salir. Creo que es inteligente la propuesta que nos dejas. Me recuerda a Françoise Sagan y aquella deliciosa obra suya adolescente «Buenos días, tristeza». Salud.
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Gracias, Julio. Un halago tu aportación. Tristeza, una emoción que hay que acoger para que siga su camino cuando se limpie el dolor. Un abrazo
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Tristeza y alegría son emociones contrapuestas que forman parte de nuestro vivir de cada día. A cada una hay que cederles su sitio cuando las necesitamos.
Gracias por tu escrito. ¡Buen día!
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Gracias a ti, Isabel por tu aportación. Buen día, igualmente.
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Hermosa tristeza, para aceptarla y respetarla y honrarla. Abrazo
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Y qué verdad, mi querido Juan Carlos. Gracias por tu aportación. Un abrazo de vuelta.
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[…] a través de Tristeza — Lo que vale la pena […]
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