La había vuelto a ver. Entre los vivos. Con parte del semblante oculto tras su abanico de seda. Desaparece, se escabulle. Con esa sensación de que quizá nunca hubiera estado. Nunca hubiera existido.
Por algún motivo, que desconoce, sus pasos la llevan hasta la fuente. No la ve. Espera.
De repente, un escalofrío recorre su espalda. Se gira, no hay nadie. Sonríe, esa sonrisa que dibuja el miedo.
Se vuelve para contemplar el agua y entonces un grito enmudece en su garganta ¡Izanami!
Busca a su alrededor pero está sola. Mas el reflejo de ella seguía allí ¿y el suyo?
BLOG DE LIDIA: RETO DE SEPTIEMBRE
Inquietante historia la que nos presentas, Lola 😀 He llegado a sentir el escalofrío recorriendo mi espalda y esa presencia en el reflejo del agua… Muy bueno. Muchas gracias por participar en el reto. Un abrazo grande 🙂
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Gracias, Lidia. Como siempre un placer poder participar en este espacio. Septiembre escalofriante.
Un abrazo de vuelta.
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Una descripción perfecta para la tensión de un final abierto en una duda. Un abrazo.
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Gracias, Carlos, por tu aportación y captar perfectamente la tensión del micro y su final abierto para que cada cual lo cierre a su manera. Un abrazo de vuelta.
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Very nicely done, Lola!
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Thanks you, Phil 😉
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[…] “El reflejo” por Lo que vale la pena. […]
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