«Fui a los bosques porque quería vivir a conciencia, quería vivir a fondo y extraer todo el meollo a la vida, y dejar a un lado todo lo que no fuese vida, para no descubrir en el momento de mi muerte, que no había vivido».
Henry David Thoreau.
Siento que vivimos entre conversaciones esperadas. Besos distraídos. Abrazos apagados. Rostros desdibujados de detalles. Miradas perdidas en otros viajes. Cuerpos deshabitados latentes de inercia.
Atrapados entre rutinas. Quehaceres. Mientras huéspedes fugaces, nuevos y familiares, transitan por nuestra cabeza.
No quiero esperar a que el dolor me despierte y apreciar entre lágrimas la ausencia. Que el miedo me recuerde huérfana de sueños.
Deseo sentir cada trozo de vida. Desafiar la rutina. Abrazar lo que sucede sin convicciones anticipadas. Cada risa. Cada llanto. Cada canción. Cada amanecer. Cada oscuridad. Cada instante.
Quiero vivir entre conversaciones escuchadas. Besos saboreados. Abrazos sentidos. Rostros perfilados que me muestran un nuevo paisaje. Miradas encontradas. Cuerpos albergados de emociones.
Quiero vivir a conciencia sin que en el entretanto se me despiste el detalle. Con intención. Con atención.
Yo me apunto.
(Donde las dan, las toman. 😀 )
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¡Fenomenal! Apuntado quedas. Un abrazo.
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Eres como un poema lleno con bellas propuestas. Cada instante de silencio ofrece una oportunidad para sentir una vida plena. Un beso.
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Qué bonito y halagador, Carlos. Me acojo a tu propuesta, de esos instantes de silencio que enriquecen el espíritu. Un beso
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Precioso😊
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Mil gracias, Sadire. 😊
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