«Ser tú mismo en un mundo que permanentemente intenta hacer que seas alguien más es el más grande logro».
Ralph Waldo
Desde que nacemos existe una cierta imposición social a la uniformidad. Los cuentos, el cole, la familia, los medios de comunicación, nos educan cada día. Se encargan de guiarnos hacia un conjunto de ideales, tendencias y modas para tener lo que tienen los demás, hacer lo que hacen los demás. Construyen, esculpen y envuelven en un bonito papel de regalo, lo que es «normal». Y nosotros lo creemos a pies juntillas.
Ser normal es agotador. Preservar nuestra vulnerabilidad para hacernos un sitio significa vivir con la idea de lo que se supone que debemos ser. Lo que debemos tener. Cómo debemos de comportarnos. ¡Tantos deberes!
Prefiero escribir fuera del renglón. Ir a contracorriente. Romper con lo establecido. Liberar la necesidad de ser popular y cuestionar mis suposiciones.
Abandonar el personaje que hemos aprendido a representar y establecer la brújula de nuestro corazón hacia la honestidad. Tener el coraje de descubrir quiénes somos sin renunciar a nuestra excepcionalidad.
No quiero ser predecible y convertir mi vida en un manual de estilo que estrecha la ventana por la que veo el mundo. No es solo libertad, es también conciencia.
Y entre tantas me pregunto ¿quién soy? Una respuesta que suele estar más allá de las palabras.
Os dejo esta canción traducida al español por Pierre Pascal y cantada por Paco Ibáñez. En España se catalogó como canción protesta mientras que Brassens la dirigió a braves gens, gente honrada, pero que no aceptan que otros piensen de manera diferente.
¿Y quién establece lo que es normal? ¿qué es lo normal? Si ser normal es ser y hacer lo que todo el mundo… prefiero no serlo… 😉
Me gustaLe gusta a 1 persona
Eso es lo que nos hacen creer. Personalmente coincido contigo, prefiero no serlo. Gracias por leerme. Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hay temas que llevó años sin publicar ya que no encuentro una forma fácil de decir. Es curioso que en este mundo en el que se busca la individualidad a la vez se busca lo homogéneo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Es muy cierto lo que dices, predomina un individualismo arrollador y se ha perdido el colectivismo desarrollador. Buscamos hacer, tener, ser, como mandan los cánones por miedo al rechazo. Actuamos como autómatas sin intentar, tan siquiera, descubrir lo que queremos, lo que somos y hacia donde queremos dirigir nuestros pasos.
Gracias de nuevo por tu aportación.
No es fácil poner palabras a muchos de nuestros sentires😉
Me gustaLe gusta a 2 personas
Me siento totalmente identificado con esta entrada. Aunque hay algo que no dejo de preguntarme: ¿es más agotador ser normal o nadar contra corriente? A veces, salirte del redil nos hace pagar un precio demasiado algo. En realidad, uno tiene que tratar de establecer compromisos entre los costes de seguir la corriente y dejarla. Y la decisión no es fácil, la inmensa mayor parte de las veces.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Personalmente opino que es más agotador ir a contracorriente que dejarse arrastrar. Romper con las reglas establecidas no es fácil pero creo que merece la pena el esfuerzo. Desaprender el camino enseñado. Es libertad.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muy buena entrada!!
Qué importante encontrar una respuesta a quiénes somos y qué queremos, verdad? Tanto para nosotros mismos, así como para que nuestro recorrer por el camino menos transitado no sólo se vea como rebeldía, sino como una decisión deliberada e intencional.
Buen Post! Felicitaciones!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias Diego por tu comentario es muy motivador. Estoy de acuerdo contigo, descubrir quiénes somos y que queremos es un acto intencional y de plena consciencia.
Me gustaMe gusta
Quien soy, lo ignoro porque cada mañana me descubro construyendo un ser nuevo. Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡Me encanta! Gracias por compartirlo. Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Estoy leyendo un poco hacia atrás, el tiempo no me permite leerlo todo y me había perdido esta entrada tuya de hace tres meses. Lo primero es decirte que me identifico por completo con tu reflexión. La sociedad intenta «atocinarnos» o «aborregarnos» porque así somos más dóciles aunque nos hagan creer en nuestra propia y exclusiva identidad. Es difícil ir contra corriente pero la satisfacción que obtenemos es mucho mayor pues somos conscientes de nuestro esfuerzo, un esfuerzo que en muchos casos carece de aplauso. Pero da lo mismo. Lo importante es el compromiso con la honestidad y con la dignidad y si para ello hay que renunciar a variables sociales de fácil acceso, habrá que hacerlo, pese al rechazo que podemos causar. Si las ideas son claras, solo hay un camino, hacia adelante. Aunque tenga un coste social. Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Ser diferente es ser uno mismo. No depender de la aprobación de los demás. Aunque requiere esfuerzo, como bien dices, es el compromiso con ser honesto. Una liberación.
Gracias por compartir reflexión.
Abrazos de vuelta.
Me gustaLe gusta a 1 persona