«El peligro del pasado era que los hombres fueran esclavos. Pero el peligro del futuro es que los hombres se conviertan en robots».
Erich Fromm
Estamos viviendo una crisis de atención e irónicamente, muchos de nosotros, ni siquiera nos damos cuenta.
Nuestros sentidos están muy ocupados, o mejor dicho, sobrecargados. Es la era de las pantallas. Del rendimiento. Saltamos de una información a otra. De una tarea a otra. Las distracciones se multiplican.
Nos hemos habituado a contemplar, ensimismados, la vida a través de la pantalla. Para buscar una calle, para ir a un buen restaurante, para sacar las entradas de cine, para jugar. Incluso para hacer amigos o exhibirnos en las redes sociales.
Es curioso. La tecnología con promesas de tiempo, con promesas de libertad, nos mantiene atados, cada vez más, con un hilo invisible a otros universos en línea. Mientras nuestro mundo, nuestro presente, pasa a ser ese gran lugar olvidado.
Como el barro o la arcilla, podemos modelar la atención y ser los escultores de nuestra existencia. Solo nos queda mover el torno Atenta Mente.
Hola. Muy buenas reflexiones, con las que estoy totalmente de acuerdo. Efectivamente, una mente no atenta es una mente totalmente reactiva, automática, y por tanto robótica, que reacciona a los estímulos con pautas repetidas, almacenadas, automatizadas. También creo que los teléfonos inteligentes, pantallas, redes sociales y el mundo virtual en general, si son mal usados y se abusa llevan a una mente totalmente extrovertida, como señalas tú.
Hace poco escribí dos largos comentarios sobre este tema y te los voy a copiar aquí. El primero en el blog La Guitarra de las Musas, donde se hablaba de Manolo García, el que fue cantante de El Último de la Fila. Manolo está bastante en contra de que ese mundo virtual y las redes sociales pasen por delante del mundo real, y así se explicaba en una entrada. Yo escribí esto:
«Anoche, en un blog de wordpress que se llama Budismo Secular, me encontré un artículo en el que se postulaba que las redes sociales en general tienen un carácter fuertemente “samsárico”. ¿Qué quiere decir “samsárico”? Viene del vocablo samsara, presente en religiones y filosofías como el hinduismo, el budismo y otras: la eterna cadena de la vida, de nacimientos y muertes (y teóricamente renacimientos, también en consecuencia el karma), la rueda de la vida en ese sentido. Creamos en lo que creamos, se refiere a esa rueda de la rutina de la que es tan difícil escapar. Lo establecido, en cierta forma. Decía esto porque, traduciéndolo a un lenguaje más claro y de nuestros días, esas redes sociales tienen un claro componente de engancharte, absorberte. Te puedes casi hundir ahí, verte arrastrado, son adictivas. Lo mismo aplica a las cadenas de comentarios en los blogs, podríamos decir. Sí, podemos salir, no nos vamos a pasar el día comentando o a poner 30 comentarios en un post, pero lo cierto es que te engancha y te quita tiempo de… la vida fuera de internet. Por eso creo que es muy acertada la idea y pienso leerme ese post. Todo esto conecta obviamente con las reflexiones y opiniones que tiene Manolo, y que juzgo totalmente acertadas».
Después, en el blog de Evavill se aludía a esos teléfonos en tono humorístico y dije esto:
«En cuanto a los móviles… pues podrá sonar extraño lo que diré, pero solo le faltaban esos móviles al ser humano para acabar de hacer su mente extrovertida, dispersa, distraída y como dije hace días, en el fondo absolutamente samsárica y errática. Y a las personas aún más inconscientes de su verdadera naturaleza interior e identidad. Aparte de esto, que ya es mucho, francamente no necesitamos ese bombardeo de información y ni siquiera de interacción y comunicación desde que ponemos los pies en el suelo. Pero como siempre, cada uno es libre de elegir: dónde pone su vista, dónde pone su pensamiento, dónde pone su atención o con qué ocupa su mente».
Pues aquí queda dicho. Bye bye.
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Gracias por leerme, por estar ahí y por compartir reflexiones. Un abrazo.
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Sencilla, certera, brutal! Gracias Lola
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Gracias a ti por ser partícipe de esta reflexión. Un abrazo
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Lejos quedaron la contemplación, la diversión sin más pretensión que sentir placer y el ocio como tal. Todo debe tener un sentido, un ángulo fotografiable, un hashtag que permita cuantificar la experiencia para decidir su calidad… a lo dicho me encaja perfectamente tu frase «promesas de tiempo, con promesas de libertad» Estamos en sintonía Loquevalelapena lo estaba pensando y también vengo r que r con el tema… me alegra no ser la unica jejeje Saludos virtuales 🐾
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Gracias, Rosa. Tu comentario completa mi reflexión estupendamente. Compartimos pensamientos virtualmente y ojalá en algún momento analógicamente. Un abrazo, aunque virtual, de corazón.
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