«Hay mil excusas para fallar, pero ni una sola buena razón». Mark Twain.
Cuántas veces llenamos la cabeza de pretextos: no tengo tiempo, demasiado cansado, me falta dinero, no es el momento… Esperamos a que los astros se alineen, a que ocurra no sé el qué o tengamos esto o aquello, y terminamos con esa sensación de que nos faltan medios para hacer lo que realmente queremos hacer ¿os suena?
Estarás de acuerdo conmigo que existe un hábito que tenemos demasiado arraigado, es el hábito de buscar excusas.
He participado en cursos, talleres, prácticas, en los que he tenido la oportunidad de escuchar excusas de todos los colores y sabores, algunas incluso con las que me he identificado. Y lo que es curioso, es que nos creemos a pies juntillas que dichas excusas son ciertas.
Esta circunstancia práctica, me ha permitido ser consciente de nuestras resistencias e identificar esas excusas, que disfrazadas de justificaciones a nuestras dudas, nos secuestran privándonos de la experiencia. Somos atraídos como un imán hacia nuestra zona de confort, donde todo nos es familiar, nos guste o no, y sobre todo no nos supone esfuerzos, donde nos refugiamos de nuestros miedos.
Comenzar requiere batallar con la temida incertidumbre ¿seré capaz? ¿soy lo suficientemente bueno? ¿y si fracaso? ¿qué beneficios realmente me puede aportar? Es aquí donde encontramos la mejor excusa: «Estoy bien, quizás no sea el momento».
No busquemos la situación perfecta amigándonos con la excusa, porque ella nos robará la oportunidad de alcanzar nuestros sueños.
El momento adecuado es el que elegimos sencillamente para empezar.
Como dijo Seth Godin: «Esta idea tan prosaica, el simple acto de empezar, es en realidad profundamente transformadora».
Empezar, qué difícil
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Gracias por la aportación, pero eso no deja de ser otra excusa disfrazada de miedo. Te dejo esta cita de Pema Chodron: «Sentir miedo cuando nos enfrentamos a lo desconocido no es algo terrible; más bien es una parte integral del hecho de estar vivos y que todos compartimos».
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[…] Cada uno de nosotros tenemos un pasado que nos condiciona, obstáculos que nos dificultan y personas que nos limitan, pero somos los protagonistas de nuestras vidas, no tiene sentido ponerse excusas. […]
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Gracias por tu maestría y por recordarme lo paralizante de mis excusas. Abrazo
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Totalmente de acuerdo la excusa nos paraliza privándonos de la experiencia. Gracias.
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Me lo imprimo Lola! Creo que leer esto en ciertos momentos puede ser una buena excusa, para no tener excusa….!
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Me alegra saber que te puede servir para dejar a un lado la excusa y dar paso a la experiencia. Gracias Rosel.
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